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El director mexicano Guillermo del Toro hoy es una figura respetada del séptimo arte, ganador de varios premios Óscar, y tiene a sus espaldas una filmografía apasionante que ha ido creciendo progresivamente, distinguiéndose siempre por su buen hacer con el cine fantástico. Gusten más o menos sus películas, desde su “Cronos” hasta la más reciente “Pinocho“, todas tienen algo que las rescata de la mediocridad y las convierte en algo distinto. Incluso puedes poner en sus manos un personaje de Marvel Comics y su propuesta no dejó a nadie indiferente. Es, sin la menor duda, la mejor película de Marvel Comics antes de la llegada de Kevin Fiege.

Protagonizada por Wesley Snipes, Kris Kristofferson, Norman Reedus, Leonor Varela, Ron Perlman, Luke Goss, y con una breve aparición de Santiago Segura, “Blade 2” recupera al cazador de vampiros creado por el escritor Marv Wolfman y el dibujante Gene Colan para la colección “La tumba de Drácula“. Este personaje, un híbrido humano-vampiro que persigue a los vampiros y protege a los humanos, ya había contado con una primera película en 1998, dirigida por Stephen Norrington y con un guión de David S. Goyer, que recaudó 130 millones de dólares. Había costado 45 millones, de manera que la segunda parte estaba más que justificada por parte de sus productores.

En “Blade 2“, el cazador de vampiros se ve obligado a aliarse con El Consejo de la Sombra, liderado por su mayor enemigo, para luchar contra una nueva clase de criaturas, los Reapers, que se alimentan no sólo de humanos, sino también de los propios vampiros. Blade deberá decidir si puede confiar en los que hasta ese momento eran sus mayores enemigos, mientras busca la forma de derrotar a esta nueva encarnación del mal que está a punto de dominar las calles e imponer su reinado de terror.

Cuándo se estrenó “Blade“, y también “Blade 2“, pocos sabían que el personaje principal era un superhéroe de Marvel Comics que llevaba casi treinta años cazando vampiros en las páginas de los cómics. Tampoco importaba. Tampoco lo parecía, y su look motero con chaqueta de cuero y gafas de sol se asimilaba más al Terminator de Arnold Schwarzenegger o al Neo de Keanu Reeves que a un héroe con capa y mallas de los tebeos. En “Blade 2” Del Toro mantiene la imagen de Wesley Snipes pero a su aventura le añade su particular iconografía, su pasión por la fantasía oscura, por la sangre rojo escarlata, su gran sentido del humor y su estilo tenebroso que encaja como un guante con la historia que propone David S. Goyer.

La película, con un presupuesto de 55 millones de dólares, recaudó más de 150 millones en todo el mundo.

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