El famoso cirujano japonés Black Jack aparece en su segundo tomo (de un total de ocho) publicado por Planeta Cómic, donde se recopilan los libros 3 y 4 y que incluyen 29 capítulos narrados con maestría por Osamu Tezuka, un clásico de manga japonés.

Black Jack 2 (de 8) (Col. Babel)
Edición original: Black Jack JAP
Guión: Osamu Tezuka
Dibujo: Osamu Tezuka
Tinta: Osamu Tezuka
Color: Blanco y negro
Formato: Libro rústica, 600 págs. Blanco y negro. (sentido de lectura oriental)
Precio: 25€

Segundo volumen de esta recuperación de la obra clásica del Osamu Tezuka.

Black Jack… Acerca de él, nada se sabe aparte de su nacionalidad japonesa; su verdadero nombre y orígenes permanecen ocultos. ¡Sin embargo, su genial habilidad en el quirófano tiene fama de tener dimensiones divinas!

El manga Black Jack, aparecido en Shonen Champion de 1973 a 1984, fue un éxito desde sus primeros pasos. Tezuka recreó la figura de un cirujano infalible, pero que opera a sus pacientes sin licencia, en el límite de la legalidad, y pidiendo a cambio de sus servicios un pago abultadísimo. No le importa operar a personas o a animales, siempre y cuando se le pague lo correspondiente o entre dentro de su ética, pues Black Jack, aunque parezca un tipo frío e implacable, también tiene sus normas morales y su corazón, como demostró en el primer tomo al salvar a Pinoko de una muerte segura y adoptarla como su compañera y ayudante. Pinoko vuelve a protagonizar la primera aventura de este segundo tomo, pues necesita la sangre de su hermana para sobrevivir. Black Jack hará todo lo posible por encontrarla.

En casi todos los episodios, Tezuka dibuja imágenes de operaciones quirúrgicas de una precisión asombrosa, documentándose lo necesario para presentarlas lo más fieles a la realidad. “Muchas de las operaciones que realiza Black Jack son asombrosas, a veces imposibles, pero la base de Tezuka en medicina significa que casi siempre son retratadas convincentemente”, comentó en cierta ocasión Paul Gravett, historiador de comics.

En el segundo episodio se recurre a elementos fantásticos para mostrarnos una donación de cerebro de caballo a humano y sus consecuencias. Con un maravilloso final, de amor y respeto a la naturaleza. También en el último capítulo del presente tomo, una posible reencarnación en una familia de gatos, algo asociado al budismo, compone una historia tierna y verdaderamente hermosa. Estas páginas en ningún momento caen en el sentimentalismo, ni en final feliz facilón. Todas y cada una de ellas, fluyen y derivan en el final adecuado, aunque alguno sea triste y pesimista. Por ejemplo, el capítulo “¡Encogimiento!” tiene un final terrible, y muestra la indefensión del ser humano ante la respuesta agresiva de la naturaleza. Otro final aterrador es el de “Dos tenebrosos médicos” donde nuevamente nos muestra el lado más débil de Black Jack y a su contrapartida Kiriko, un médico de la Muerte, que enseña a Black Jack que no puede evitar el destino que los seres humanos llevamos marcado a fuego. Nuevamente, Black Jack se rinde ante la evidencia en “La aguja” donde este objeto está a punto de causarle la muerte a un paciente y el doctor se verá incapaz de encontrarla.

La fama de Black Jack traspasó el manga, y reinó en el anime, y también tuvo repercusión social. El grupo médico de Hitachi usó la imagen de Black Jack en su anuncio en 2006 porque su imagen es sinónimo de buena atención médica. Por el contrario, algunos episodios fueron objeto de polémica y por decisión del propio Tezuka, censurados en reimpresiones posteriores. Uno que hablaba sobre lobotomía y otro sobre estado vegetativo, temas sensibles para la opinión pública.

El pasado oscuro de Black Jack, poco a poco se va aclarando, y en episodios como “El encuentro” y “Las patas de la hormiga” se nos cuenta algo de su pasado, aunque sea de refilón. Black Jack recrimina a su ayudante de operación en “Un muñeco calcinado” con estas palabras: “¡Muchos niños superan su sufrimiento y viven para contarlo! ¡Cierre el pico de una vez! ¡Yo mismo soy uno de ellos!”

Con un dibujo dinámico, lleno de detalles ingenisos made in Tezuka, como es el uso de personajes recurrentes o gags visuales que se repiten a lo largod e sus historias, Black Jack es una lectura divertida que nos obliga a recapacitar y a meditar sobre lo leído. Me atrevería a decir que no hay episodio malo, y que nos encontramos ante una de las obras maestras del Manga de todos los tiempos. No se lo pierdan.