Ni el amor, ni la belleza, ni la inocencia. Todo se rompe, todo se acaba, todo termina. ¿Todo? Si hay algo que de verdad, de verdad, no es permanente ni definitivo es la muerte de un héroe de los cómics de superhéroes. Lobezno, Batman, el Capitán América, Superman,… y Jason Todd, el segundo Chico Maravilla. Su muerte, decidida por los lectores de DC Comics en el año 1989 por medio de una encuesta telefónica, se convirtió en una realidad por un escasísimo margen de votos. Y estuvo catorce años en la tumba.
En los años ochenta, un cambio crucial sacudió la mitología de Batman: el primer Robin, Dick Grayson, abandonó al héroe para convertirse en Nightwing, pero otro Chico Maravilla le relevó. ¿Quién era Jason Todd? El destino de ese segundo Robin, más impulsivo y violento, sería decisión de los propios lectores: si llamaban a un número de teléfono, Jason viviría, pero si llamaban a otro…
1-900-720-2660 y 1-900-720-2666. Dos números de teléfono para decidir el destino de Robin. 5343 votos a favor de la muerte de Jason Todd y 5271 votos en contra. Solamente setenta y dos votos de diferencia llevaron al segundo sidekick de Batman, el problemático Jason Todd, a la tumba. El personaje había aprecido por primera vez en marzo de 1983, en el núm. 357 de “Batman“, y se había convertido en el segundo personaje en asumir la identidad de Robin, pero no iba a durar mucho tiempo en el cargo puesto que le aguardaba un destino funesto.
Cuando Dick Grayson abandonó a Batman para convertirse en Nightwing y liderar a los Teen Titans, Jason Todd fue el encargado de enfundarse el traje de Robin y acompañar al Hombre Murciélago en sus misiones nocturnas, como vigilantes de la ciudad gótica de Gotham, y combatir el crimen. Todd había aparecido por primera vez en 1983, en el número 357 de la colección, de la mano de Gerry Conway y Gene Colan bajo la dirección de Len Wein, pero no asumiría el nombre, el traje y el rol de Robin hasta el número 366. Lamentablemente Todd no era Grayson, y los métodos expeditivos, incluso violentos, del nuevo ayudante del Caballero Oscuro le llevaron a ser cesado temporalmente de sus funciones. Ese es el punto de partida de “Batman: Una muerte en la familia” (“Batman: A Death in the Family“), un arco de cuatro números (del 426 al 429) publicados de forma quincenal entre 1988 y 1989, en el que se cuenta la muerte de Jason a manos del Joker. Lo que ocurrió fue narrado por dos grandes autores, el guionista Jim Starlin y el dibujante Jim Aparo, Mike DeCarlo se encargó del entintado, Adrienne Roy del color y John Costanza de la rotulación, además de las cubiertas del gran Mike Mignola, bajo la batuta del editor Dennis O’Neil al frente de la orquesta, y con la particularidad de que los lectores pudieron influir sobre el resultado final de la historia.
Así, la trama de “Batman: Una muerte en la familia” culminaba con Jason atrapado en una terrible explosión provocada por el Payaso del Crimen y, al final de ese número, se informaba a los lectores que ellos decidirían el destino de Robin. Tenían solamente treinta y seis horas para decidir y llamar. Y O’Neil siempre insistía en lo mismo: “Nosotros no matamos al Chico Maravilla. Fueron los lectores”.
De hecho, ante lo ajustado del resultado de la encuesta telefónica, el dibujante Jim Aparo dejó preparada una segunda página con un final alternativo, en previsión de que Jason sobreviviera por voluntad de los lectores. Esta página estuvo guardada durante mucho tiempo en las oficinas de DC Comics, hasta que se desveló en el año 2006.
“Grandes autores de Batman: Jim Starlin y Jim Aparo. Una muerte en la familia” es una nueva entrega de la línea “Grandes autores de Batman” de la editorial ECC Ediciones, una prolífica colección en la que nos recuperan las etapas más destacadas de la historia del personaje en formato uniforme, tapa dura y con numerosos extras para dar lustre al volumen. En la mayoría de los casos son títulos esenciales del Hombre Murciélago, las mejores sagas del personaje, obras que aparecen en la mayoría de selecciones de aventuras del Caballero Oscuro. Aproximaciones a un mito de los cómics de superhéroes que, por diferentes razones, dejaron una huella indeleble en su mitología. Y la muerte de Robin lo es, por méritos propios. Posiblemente uno de los relatos más importantes de la bibliografía de Batman y de DC Comics, posiblemente el equivalente de DC a la muerte de Gwen Stacy en el número 121 de “El Asombroso Spider-man”, en junio de 1973.
Sí, lo narrado en “Batman: Una muerte en la familia” se convertiría en un clásico imprescindible cuya influencia puede hallarse en muchos otros muchos cómics.
Como nada es definitivo en los cómics de superhéroes, y menos aún la muerte, en el año 2003 Jason Todd resucitó en las páginas de “Batman: Silencio” (“Batman: Hush“), un arco argumental de doce entregas del guionista Jeph Loeb y el dibujante Jim Lee que se publicó entre los números 608 y 619 de la colección regular de Batman, entre diciembre del 2002 y septiembre del 2003, y que ECC Ediciones recogió en su colección “Grandes autores de Batman“. Posteriormente Todd ha reaparecido como Capucha Roja, Red Robin, e incluso llegará a usurpar la identidad de Batman pero, como se suele decir, eso es otra historia…
Grandes autores de Batman: Jim Starlin y Jim Aparo. Una muerte en la familia.
Guión: Jim Starlin
Dibujo: Jim Aparo
Edición original: “Batman” núms. 426-429 y “Batman Annual” núm. 25
Fecha de publicación: Febrero de 2017
ISBN: 978-84-16945-79-5
Formato: 25,7×16,8cm. Cartoné. Color.
Páginas: 144
Precio: 15,95 euros
Me ha gustado bastante la reseña, no obstante indicar dos cosas:
1 Que la muerte de Gwen Stacy y la muerte de Jason no son comparables en mi opinión, dado el margen de años que hubo entre un suceso y otro (el de Spiderman fue en 1973 y el de Jason fue en 1988).
2 Que la reaparición de Jason no se produjo en el comic silencio, en el que al final del cómic se desvelaba que se trataba de Clayface colaborando con el propio “Silencio”, adoptando la imagen del difunto Robin para confundir a Batman.
Enhorabuena por la reseña!