Llevamos casi al final de la etapa del Batman de Snyder y Capullo y lo hacemos con un número bastante aburrido, para qué negarlo, en el que tan sólo destaca el dibujo de Greg Capullo sobre la prosa de un quemado Scott Snyder.

Batman de Snyder y Capullo 8: Batman: Bloom 
Edición original: Batman núms. 46 a 50 USA, Detective Comics núm. 27 USA
Guión: Scott Snyder, James Tynion IV
Dibujo: Yanick Paquette, Greg Capullo, Sean Murphy
Tinta: Danni Miki
Color: A color, Lee Loughridge, FCO Plascencia
Formato: Libro cartoné, 200 págs. a color.
20,5€

¿Batman vuelve? El nuevo Caballero Oscuro, el excomisario Jim Gordon, sigue luchando por evitar que la ciudad caiga a manos del temible Mr. Bloom, cuyas semillas transforman a sus habitantes en engendros sobrehumanos. Gotham necesita al verdadero Batman… pero él sigue llevando una vida feliz sin recordar su pasado como justiciero. Aun así, ¿cuánto tiempo puede el mejor detective del mundo ignorar su auténtica identidad? El tiempo se agota y, para que Gotham viva, Bruce Wayne debe morir… ¡y Batman renacer!

Llegamos casi al final de la etapa de Scott Snyder en Batman, ya sólo queda un volumen a modo de epílogo, y la verdad es que la despedida se comienza a hacer bastante larga en este Bloom en el que Batman, Jim Gordon, tiene que enfrentarse a un ser que está fuera de su alcance y con unos poderes que, básicamente, consisten en lo que el malo necesite. Mientras tanto Bryce Wayne vive feliz en la ignorancia que le concede su amnesia y la recuperación que su cuerpo ha tenido de todas las heridas sufridas a lo largo de los años.

Siendo honestos ver al comisario Gordon vestir el traje de Batman… no puede ser considerado de otra manera que no sea bajo el prisma de lo ridículo y es imposible que el lector no esté esperando, constantemente, el regreso del auténtico Batman que, como se sabe, llegará en el momento más necesario aunque no sin que Bruce tenga que pagar un precio altísimo (en este caso visitar varias realidades distintas en las que vivirá las distintas muertes de Batman en universos alternativos con, cómo no, muchísimo dolor). Se supone que así justifica Snyder el que Bruce Wayne siempre deba ser Batman aunque a mi me parece de una crueldad inmensa hacia el personaje.

Seamos sinceros: Scott Snyder ya había quemado su etapa en Batman, sólo la estaba alargando para llegar al número 50 pero se daban claras muestras de fatiga por parte del escritor ya en los anteriores números y en este arco “definitivo” se ve claramente reflejado en ese villano grandilocuente y pomposo que sólo suelta diatribas pomposas y que habla y habla y habla sin llegar a matar a sus enemigos (aclaro: a los héroes) y que permite a Snyder rellenar páginas y páginas de soliloquios. Bienvenido sea el momento de la despedida, Snyder le ha dado muchísimo a Batman, ha evitado que fuese una serie aburrida tras el experimento del reinicio de la editorial y nos ha sorprendido con grandes momentos, pero era hora de abandonar el nido.

A quien sí echaremos de menos será a Greg Capullo, un dibujante que parece nacido para ilustrar a Batman y que en cada viñeta ofrece siempre algo que haga que merezca la pena disfrutar de su arte. Puede que ya no estuviese al cien por cien como al comienzo, pero su Batman ha sentado cátedra.

En cuanto a la edición del Batman de Snyder y Capullo lo cierto es que es una grandísima edición con reordenación de capítulos para su mejor disfrute.

En definitiva, después del anterior volumen ya afrontaba ganas del cierre de la etapa del  Batman de Snyder y Capullo a la que aún le queda un par de números de despedida que seguramente serán mejores a esta etapa.