Tras verme obligado a reconocer que había disfrutado con la lectura de los dos primeros libros de Rachel Morgan ahora me llega el momento de decir que “Antes Bruja que muerta” ha supuesto una decepción ya que se vence, excesivamente, hacia mis mayores temores: el empalagoso interés hacia la vida romántica (por decir algo) de Rachel Morgan. Y eso… en fin, me aburre.

 

ANTES BRUJA QUE MUERTA
Kim Harrison
Titulo original: Every Which Way But Dead
Autor: Kim Harrison
Ganador de los premios: Romantic Times (2), Pearl (2)
Traducción: Javier Fernández y Marta García
Formato: 23 x 15 cm
Encuadernación: Rústica con solapas
Páginas: 384
PVP: 16,95 €

Rachel Morgan ya ha puesto en serio peligro su vida amorosa y su alma a través de sus esfuerzos por llevar a las criaturas de la noche criminales ante la justicia.

Entre caza y caza, mantiene las manos ocupadas desviando las atenciones de su compañera bebedora de sangre, protegiendo un mortal secreto de su pasado y resistiendo los envites de un nuevo y tórrido pretendiente vampiro.

Rachel también debe elegir un bando en la guerra que arde en el inframundo de la ciudad, debido a que ayudó a destronar a su último jerarca vampiro; y para ello hizo un pacto con un poderoso demonio que pudo costarle una eternidad de dolor, tormento y degradación.

Cuando afronté la decisión de leer, y adquirir, los libros de Rachel Morgan, viendo la gran cantidad de elogios que cosechaba la saga, temía encontrarme con un libro empalagoso más centrado en los amoríos de su protagonista que en la aventura y acción que promete el libro. Con Bruja mala nunca muere y con El bueno, el feo y la bruja descubrí un personaje interesante, prometedor, y con muchos puntos en común con Harry Dresden, el miedo a encontrar una saga al más puro estilo Crepúsculo había desaparecido… para reaparecer con esta, su tercera entrega. En serio, Kim Harrison, ¿en qué estabas pensando? Porque hay que reconocer que el libro empieza bien, con un nuevo caso, con enfrentamientos con Algaliarept y el rescate de Ceri, una antigua elfa, con “problemillas” con Nick… sí, pintaba interesante, pero a Kim Harrison parece preocuparle más liar a Rachel con Kisten (vampiro sexy y con media neurona operativa, gran ejemplo de chuloputas o “cabrón al que redimir”) que dar una ruptura digna a la relación con Nick (recurre a cambiar la personalidad de Nick bruscamente y convertirlo en un cobarde, nada que ver con el personaje de los dos libros anteriores), ahondar en el interés que despierta Ceri (personaje del que se olvida en la mayor parte del libro) o recordar que había un “caso” al comienzo del libro al que no se presta atención hasta las últimas páginas del libro… para ni siquiera ver cómo se resuelve el caso. Por suerte tenemos a Trenton Kalamack apareciendo por el libro (personaje que se apodera de la trama por sus tejemanejes para salvar a su gente), pero lo cierto es que da la impresión de que Harrison se ha enamorado de la idea de liar a su bruja con un vampiro y que lo demás le da igual; historia, personajes, antiguos amores… nada importa, hay que tener a la protagonista liada con un vampiro porque es “lo que mola”, y lo cierto es que la caracterización del “vampiro sexy” no podía ser más desafortunada, el único interés que despierta reside en el hecho de que Harrison aparte al resto de personajes, Ivy y Jenks desaparecen prácticamente del libro (la primera en uno de esos absurdos ataques de celos que deshacen todo el interés que pueda tener y el segundo por… coño, otro ataque de celos que, curiosamente, también es mal manejado), para que Kisten brille… y ni por esas, aburre de soso y estereotipado que es.

Francamente, le voy a dar una oportunidad al siguiente libro, más que nada porque ya reposa en mi estantería, pero como no me guste me veo organizando un concurso en la web para regalar los 7 primeros libros de la saga, porque ha derivado en exceso hacia la fantasía urbana romántica, con un excesivo énfasis en el “romántica” que le lleva a renunciar a la historia y al resto de personajes y para leer sobre mujeres, protagonistas para más inri, que pierden los papeles cuando su amante les mira o toca… pues lo siento mucho, pero prefiero personajes femeninos con carácter y personalidad, no sólo con hormonas.