Hace unos meses Planeta DeAgostini publicó "Batman: Ego", una recopilación de los mejores relatos de Darwyn Cooke sobre Batman, y Catwoman, en la que podemos apreciar el excelente trabajo de este artista.
http://www.via-news.es/images/stories/comic/Planeta/batmanego.jpgBatman: Ego    
Edición original: Batman: Ego and Other Tails TPB USA
Fecha de edición: febrero de 2009
Guión: Darwyn Cooke
Dibujo: Darwyn Cooke, Tim Sale
Tinta: Tim Sale
Color: Matt Hollingsworth
Formato: Libro cartoné, 208 págs., color.    
15,95 €
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{xtypo_quote} Nuestras mayores batallas tienen lugar dentro de nosotros mismos. {/xtypo_quote}
Darwyn Cooke es uno de los mejores artistas completos que actualmente podemos encontrar en la industria del comic-book estadounidense. Vinculado a Batman también ha desarrollado otra serie de obras, como DC. The New Frontier, más corales y merecedoras también del aplauso de crítica y público. Sin embargo es justo reconocer que Cooke y Batman son dos caras de la misma monedad en tanto en cuanto el uno le debe al otro al mismo nivel.

A fin de cuentas, Batman: Ego no es sino la primera historia que el canadiense conseguiría publicar en DC y, el resto, como se suele decir, es historia. Tras la publicación de Batman: Ego, una historia que nos muestra una conversación entre Batman y Bruce Wayne que intenta sentar los límites de cada uno, Cooke pasó a revitalizar a Catwoman, un personaje que le debe muchísimo, y aquí tenemos recopilada también El Gran Golpe de Selina. Una más que interesante obra en la que Cooke no necesita el apoyo de Batman y que, sinceramente, no pinta nada en este volumen, salvo incrementarlo con sus 80 páginas.

Después se nos ofrecen una serie de historias cortas de la que destacaría Cita con un caballero, por el excelente dibujo de Tim Sale, así como por el sentido del humor que impregna cada página. Una “peculiar” cita de Catwoman y Batman que nos regala unas páginas sensacionales.

Pero es Deja Vú  la historia en la que Cooke demuestra su pulso como narrador y la calidad que atesora en sus lápices. Una historia que, como bien indica el título, sirve para hacer revivir a Batman el asesinato de sus padres a través de un inocente chico que sufre la misma tragedia y cómo éste captura, y aterroriza, a los asesinos sin decir una sola palabra. Un relato escalofriante y magistral.

Nos quedan un par de historias más que comentar; The monument, con dibujo de Bill Wray, un relato en el que un multimillonario construye una controvertida estatua dedicada al héroe que salvó la vida de su hija, y Here Be Monsters, un guión de Paul Grist en el que Cooke altera su estilo, así como la percepción de Batman, al evitar un envenenamiento masivo de la ciudad de Gotham.

En líneas generales estamos ante un volumen altamente recomendable, con una calidad literaria destacable y una variedad de estilos de dibujo, aunque predomina Cooke, que contentará a todos los públicos. A pesar de todo yo, cómo no, me decanto por el dibujo de Tim Sale, y eso que la estrella del tomo es Darwyn Cooke, pero los lápices de Sale son alucinantes y en muy poquitas páginas te conquista.

Hay, sin embargo, un importante “pero” en este volumen, y es que no considero de recibo que se incluya El Gran Golpe de Selina, una historia de Catwoman, dentro de una recopilación de historias de Batman hechas por Darwyn Cooke, más que nada porque el Golpe se come casi la mitad del volumen y Batman no aparece ahí ni una sola vez. Hay dos condiciones en la portada del tomo Batman y Darwyn Cooke, y ambas deberían ser coincidentes. Puede que en los USA el volumen hubiese resultado ser mucho más reducido, pero hubiese sido más honesto para con sus lectores y, en todo caso, se podría haber invitado al canadiense a aportar alguna historia nueva para esta recopilación en lugar de engañar a los lectores. No responsabilizo en absoluto a Planeta que se ha dedicado a traslada una obra tal cual fue publicada en los USA, aunque añadiendo el gran artículo de David Fernández que aporta una mejor comprensión de Darwyn Cooke y ennoble el tomo.

Aún así debo recomendar Batman: Ego con entusiasmo porque atesora calidad en cada una de las páginas y porque el trabajo de Darwyn Cooke se lo merece sobradamente.